Poema
Emiliano Álvarez
Pregunta por mis palabras.
Las he perdido entre los terrones de azúcar de tu pecho,
en las hendijas del violoncello de tu espalda,
en los destellos húmedos y tiernos de tu boca hambrienta.
Han huido de mí a los rincones de tu cuerpo
donde los errabundos beben espejismos y locura.
Los duendes de tus sombras jugaron a la alquimia con sus restos.
Las luciérnagas de tus tobillos las devoraron sutilmente.
Después, se fue haciendo barro el mundo:
las cosas, sin sus nombres, no son cosas.
Se derrumbó el aire.
Mi ciudad se hizo silencio,
costura en la garganta,
lodo mudo y frágil.
Mujer, entre ruinas y despojos, te agradezco:
De las cenizas, de los restos de mi lengua,
surge tímida y luminosa, la sombra de un poema.
1 comentario:
Me encanta, es hermoso el inicio, pero muy, muy triste el final, ¿cómo es que solo quedó la sombra de un poema? Teresa H.
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